Viaje a través de Uganda y Rwanda con el propósito (entre otros) de permanecer una hora (es lo permitido) cerca de un grupo de gorilas en la zona donde convivió Dian Fossey con ellos, estudiándolos, y protegiéndoles de cazadores furtivos; quienes, finalmente, la asesinaron. Dian Fossey fue una mujer perseverante y muy valiente. Permanecer al lado de estos grandes simios tan cercanos a los humanos es tan fascinante, que cuando ha transcurrido una hora parece que has estado 10 minutos.
El paso por el museo de la guerra en Kigali (Rwanda) merece la pena. Su visita nos recuerda hasta qué punto los humanos podemos hacer un daño inmenso de forma gratuita. Es muy triste, pero no debemos olvidarnos del pasado para no repetir, y valorar el presente cuando vivimos en paz.
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